El restaurante del fin del mundo
Segunda parte de la Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams.
La vida después del consumismo, por Glòria de Castro.
Después de unos cuantos fracasos de pareja, preferí salir con hombres de lugares lejanos. Milán. Ámsterdam. Suecia.
Argentina.
Sentir que podía ser otra persona, que tardarían más en darse cuenta de quién era yo de verdad. Sentir que podía ser la protagonista de Lost in Translation con peluca rosa.
—Sos tan europea… —decía Horacio, y no: «Eres una puta neurótica del Vallès»
Yo quiero ser esto que soy y que alguien quiera este estropicio. Que alguien crea que aún se puede sacar algo de provecho de todo esto.